Planta ornamental de interior y para climas más bien cálidos y sin riesgo de heladas, como planta de exterior en el jardín.
Las temperaturas óptimas para su crecimiento están por encima de los 25⁰C. Inferiores a los 15⁰C pueden provocar daños irreversibles en la planta como por ejemplo la caída del follaje y pudriciones de raíces.
Sus riegos deben ser espaciados entre sí para que el sustrato quede algo seco de vez en cuando con el fin de que sus raíces crezcan sanas y fuertes.