Temperatura cálida constante, sin cambios bruscos, y abundante humedad ambiental. Se trata de una planta de hoja perenne que puede conservar la flor durante todo el año si se mantiene, rigurosamente, entre 18-20º y 28º (nunca más de 35º ni menos de 15º) y buena luminosidad.
El sol directo puede quemarle las hojas, pero si no cuenta con las suficientes horas de luz no dará muchas flores. Agradece las pulverizaciones diarias. Riego abundante.
Fundamental protegerla de las corrientes de aire en los días fríos.
Tampoco debe colocarse cerca de fuentes de calor.